Productos Lámparas FLOS

Dino Gavina y la pequeña planta de fabricación de Eisenkeil en Merano ya habían estado creando muebles junto a maestros del diseño como Achille y Pier Giacomo Castiglioni, Afra y Tobia Scarpa. Pero a principios de los años 60, Gavina se convenció de que había llegado el momento de crear nuevas lámparas.

Empleando la misma tecnología, concebida en Estados Unidos y probada en Eisenkeil, utilizada para la lámpara Cocoon, los hermanos Castiglioni y el dúo Scarpa comenzaron a crear lámparas como la Taraxacum o la Fantasma, a las que habrían de seguir otras hermosas y sorprendentes lámparas.

Y así, desde el primer día, Flos ya estaba reinventando el concepto de la iluminación artificial.

 ¿Cómo se transforma una industria en un laboratorio para revolucionar el concepto de «lámpara»? Para Sergio Gandini, quien comenzó a administrar Flos en 1963, los esfuerzos de la empresa y la fantasía creativa podrían coexistir sin contradicción; la combinación de ambos traería éxito a la marca.

El traslado al distrito industrial de Brescia permitió un entorno propicio para los diseñadores, lo que dio como resultado productos como la lámpara Jucker inspirada en Bauhaus por Tobia Scarpa o la revolucionaria Arco de los hermanos Castiglioni. Las estrategias de Flos se basaron en lo que ahora llamaríamos un Think Tank, el cual colocó a la empresa en una posición de liderazgo tenaz en el diseño italiano.

Gandini, junto con sus diseñadores exclusivos (los hermanos Castiglioni y el dúo Scarpa), determinaron los productos, la estrategia de comunicación y la imagen de Flos. Juntos, grabaron las líneas de sus propios deseos, que dieron lugar a las lámparas más emblemáticas de la historia de la iluminación.

En 1972, la exposición «Italia, el nuevo paisaje doméstico» del MoMA de Nueva York – el museo de arte contemporáneo más importante de América – fue un fenómeno popular sin precedentes que celebraba la cultura del arte y la industria.

Flos estuvo representada en la muestra con varias piezas (en particular, fabricadas por los hermanos Castiglioni) consolidando así la marca como una empresa internacional de vanguardia. A partir de ese momento, el desarrollo de la empresa y su popularidad fueron de la mano. Entre los años 70 y 80, ampliaron su producción con nuevas instalaciones, su mercado con sucursales en el extranjero y su catálogo de productos (que incluía la adquisición de dell’Arteluce de Gino Sarfatti).

Otra exposición del gran Achille Castiglioni, que se inauguró en 1984, se celebró en ocho capitales europeas, desde Viena hasta Madrid, confirmando la experiencia de Flos como única, irrepetible e impredecible en su constante evolución.

Todo gran éxito proviene de asumir riesgos (o) del coraje a la hora de apostar. A mediados de los años 80, Sergio Gandini conoció a un joven Philippe Starck y aceptó fabricar su lámpara de cuento de hadas, Arà.

Al ver el potencial en las visiones de Starck, Piero Gandini, que había comenzado a trabajar junto a su padre, desarrolló el diseño Arà a escala industrial. Se dio cuenta del gran talento del mejor de los autores posmodernos y decidió producir en masa uno de los diseños de Starck en plástico para un hotel en Nueva York, un tipo de lámpara de mesa emblemática que luego se llamaría Miss Sissi, definida por Starck como: «Lo que todos piensan en su subconsciente que es una lámpara».

Resultó ser un éxito increíble (8 000 piezas vendidas en los primeros 10 días; 100 000 en un año) y fue el primero de una larga serie de superventas emblemáticas producidas por Piero Gandini, junto con Starck o Castiglioni. A través de nuevas tecnologías y materiales, actualizaron la imagen de Flos y abrieron senderos ingeniosos de investigación y desarrollo.

Bajo la dirección de Piero Gandini, Flos se centró en la armonía entre las formas icónicas, la artesanía tradicional y la tecnología de producción en masa. Sin embargo, el paso crucial hacia el cambio vino con la comprensión de que los objetos contemporáneos pueden ser una forma de expresión, con tantas interpretaciones estilísticas como idiomas hay en el mundo.

Y así, Piero Gandini recurrió a los talentos más prometedores del diseño internacional: desde el estilo «futurista» del australiano Marc Newson (con su lámpara Helice en 1993), pasando por el profeta inglés del diseño minimalista Jasper Morrison, hasta Konstantin Grcic, el diseñador alemán más refinado y ecléctico..

Los talentos internacionales también se unieron al equipo de comunicación con la llegada de la superestrella publicitaria Bruno Le Moult y el famoso fotógrafo Jean Baptiste Mondino, quienes crearon imágenes inusuales y cautivadoras de productos antiguos y nuevos por igual. Cuando Flos entró en el nuevo milenio con el fallecimiento del gran fundador Sergio Gandini, ya se había establecido como una industria bien equipada para afrontar los desafíos de la globalización.

Para Piero Gandini, desarrollar una nueva identidad de Flos significaba tener el coraje de tomar decisiones radicales. Abordar la embestida de los LED en el ámbito de la iluminación fue el primer paso en una segunda revolución productiva que comenzó a principios de la década de 2000 con la adquisición de la firma Antares de Federico Martínez.

Esto llevó a la creación de Flos Architectural Lighting, dedicada a la iluminación profesional para áreas de gran superficie y espacios públicos. Piero descubrió nuevos diseñadores y los puso a trabajar creando una arquitectura de iluminación gracias a las tecnologías más avanzadas. Estas mismas tecnologías se utilizaron para crear obras de arte como «Ohhh!!!» y «Ahhh!!!», lámparas de escultura en cristal de Baccarat de Starck, animadas con algunos «Truismos» de la estadounidense Jenny Holzer (las declaraciones críticas contra los valores consumistas: una contradicción, ya que fueron grabados en objetos lujosos y deseables).

Y así comenzó, con esta combinación de arte y tecnología, una producción que iría más allá de las convenciones habituales, en un viaje aventurero sin vuelta atrás.

«Hoy, como nunca antes, debemos encontrar la síntesis entre emociones, tecnología, poesía, necesidades, mensajes, valores estéticos y políticos. No se trata solo de cambiar la técnica, sino también la sociedad misma y nuestros comportamientos, tanto públicos como privados. Debemos ir más allá de nuestra capacidad e imaginación para mejorar las vidas de las personas… con la misma poesía que posee la luz de la antigua llama de una fogata bajo las estrellas», según Piero Gandini.

Si el futuro es el ahora, ¿cuál será la iluminación artificial del mañana?

En la visión de Flos, hay y siempre habrá tipos de iluminación totalmente nuevos. Habrá tipos nuevos que deban estudiarse, desarrollarse y producirse con una actitud radical e innovadora, y seguirán equilibrándose con el rigor cultural que dio origen a Flos.

Todos los entornos de iluminación deben diseñarse de esta manera, comenzando desde la casa, con la División Home. La colección 2017 es un excelente ejemplo, en la que los arquitectos, diseñadores y artistas del diseño han creado los iconos del mañana, produciendo luminarias como esculturas, equilibrando formas y recreándose en juegos.

La línea Flos Architectural abarca una visión ambiental más amplia que incluye el lugar de trabajo, el entretenimiento e incluso los lugares de consumo masivo. Flos Outdoor se centra en espacios naturales como jardines, parques y paisajes. Como dice Philippe Starck: «No hay diferencia entre luz artificial y luz natural. Es solo una cuestión de transmisión: los iones y los fotones siguen siendo los mismos».

Por Stefano Casciani